La tripa mishqui, un plato tradicional de la Sierra ecuatoriana, ha perdurado como un símbolo de la gastronomía local gracias a su sabor único y a sus beneficios para la salud.
La gastronomía popular de Riobamba no sería la misma sin la presencia de la tripa mishqui, un platillo que ha perdurado a través de generaciones por su sabor y beneficios.
Darío Javier Casillo, de 41 años, es uno de los principales referentes, continuando un legado familiar que comenzó con su madre, quien dedicó toda su vida a la venta de tripa.
La tradición familiar no solo le ha brindado una fuente de ingresos, sino que también le ha permitido mantenerse conectado con las costumbres y el sabor popular de su ciudad.
Este platillo, consiste en las vísceras del ganado, se prepara de manera artesanal, utilizando ingredientes que realzan su sabor y la vuelven irresistible para los comensales.
El puesto de Darío no solo es un lugar para disfrutar de una comida económica, con precios entre un dólar y dos dólares, sino también donde las personas encuentran una opción de comida saludable.
Beneficios de la tripa mishqui
La tripa mishqui tiene propiedades beneficiosas para la salud, especialmente para quienes padecen problemas gástricos como la gastritis.
A pesar de los múltiples beneficios, la venta de tripa es un trabajo arduo que exige esfuerzo diario. «Después de descontar los costos de los insumos como la tripa, el mote y el carbón, me queda entre quince a veinte dólares de ganancia neta», compartió Darío.
Desde el punto de vista nutricional, la tripa es una fuente rica en proteínas y minerales esenciales como el hierro y el zinc.
Aunque para algunas personas pueden ser reacias a consumir vísceras, estudios recientes han demostrado que estos productos son nutritivos.
Según el Ministerio de Salud Pública del Ecuador, el consumo moderado de vísceras ayuda a combatir problemas de desnutrición, especialmente en zonas rurales o de menores ingresos.
Para aquellos interesados en saborear esta delicia tradicional, Darío invita a todos los riobambeños y turistas a visitar su puesto, en las calles Junín y Uruguay.
La tripa mishqui sigue siendo uno de los platos más populares y apreciados, un manjar que no solo alimenta el cuerpo, sino también al estómago.
Así, bajo el calor de la parrilla y el aroma inconfundible del ajo, Darío Casillo continúa un legado que trasciende el tiempo y fortalece la identidad cultural de su comunidad.