El Killa Raymi, fiesta andina de la fertilidad y siembra, celebra cada 21 de septiembre la conexión con la Pachamama y la feminidad.
Cada 21 de septiembre, las comunidades indígenas de Ecuador y otras regiones andinas celebran el Killa Raymi, también conocida como la Fiesta de la Luna, una festividad que honra la feminidad, la fertilidad y la Madre Tierra.
Este evento tiene una profunda conexión con la cosmovisión andina, y es uno de los cuatro Raymis que marcan el ciclo del año agrícola en estas culturas.
Trata de una tradición milenaria, heredada de los antepasados, en la que se preparan rituales en agradecimiento a la Pachamama (Madre Tierra) por su generosidad.
El Killa Raymi tiene especial importancia para las mujeres, ya que simboliza la fecundación de la Tierra y la preparación para la siembra. De acuerdo con los saberes ancestrales, es un mes sagrado en el que se honra tanto la fertilidad femenina como la fertilidad de la tierra.
Durante esta época, los campesinos inician la siembra, fundamental para asegurar las cosechas del próximo año. A través de estos rituales, las comunidades buscan el equilibrio con la naturaleza, un acto de gratitud por la abundancia de alimentos.
¿Quién es Ana María Guacho y qué sabe acerca de la fiesta de la fertilidad?
Además de la celebración, el Killa Raymi también es un recordatorio de la necesidad de cuidar el medio ambiente. Guacho destaca que la sequía y el cambio climático están afectando cada vez más las cosechas, y que el uso de productos químicos en la agricultura.
Entre las actividades que acompañan el Killa Raymi, incluyen rituales de agradecimiento a la tierra, la preparación de alimentos tradicionales como el locro y platos a base de cuy.
Las comunidades ofrecen a la Pachamama semillas especiales y alimentos preparados con productos locales, en un acto simbólico entre el ser humano y la naturaleza.
El Killa Raymi, es un momento sagrado que recuerda la importancia de la fertilidad y el respeto a la tierra, asegurando no solo la continuidad de las cosechas, sino también la de la vida misma.