Si se observa desde el punto de ingreso a la Escuela Superior Politécnica de Chimborazo (ESPOCH), a la vereda de en frente, una masa de estructuras de cemento yacen desoladas y sórdidas. Por esa misma vereda varios perros merodean en busca de algo para comer; ni un buen samaritano que antes lanzaba un hueso, asoma para alimentar a los “callejeritos”.
Las actividades de esta zona comercial y de residencias estudiantiles, sufre los estragos de la pandemia por la Covid-19. Sin estudiantes no hay vida en el sector la Politécnica.
Panorama. Desde este mismo punto, solo 4 de los 11 locales que anteriormente atendían a los estudiantes, están abiertos. En un de ellos, administra Juan Cajamarca, es una tienda de abarrotes que antes de la emergencia sanitaria, atendía un promedio de 300 estudiantes a diario, ahora en un buen día, pueden llegar entre 10 a 20 personas.
En el ‘cyber’ de Wagner Pontón todas las computadoras están con cobertor y casi nadie ha entrado hasta el medio día. Él dice que la situación económica está muy deteriorada, abre su negocio solamente para solventar las necesidades básicas. En esta coyuntura, Pontón señala que “el cliente potencial es el estudiante” y al día al menos recibía unos 50 jóvenes que requerían de los servicios de internet, copias, materiales de papelería, entre otros servicios.
Diariamente tenía una constante de ingresos de 150 dólares, ahora con esta contingencia, gana entre dos a tres dólares. Aunque no debe pagar de arriendo porque el edificio es de su padre, Pontón cree que los estudiantes regresarían a mediados del 2021. En este mismo edificio, hay cinco cuartos para arriendo; todos desalojados por la emergencia.
En este mismo contexto, Sebastiana Aguaiza, propietaria de un edificio en la parte de al frente de la universidad, dice que de los 15 cuartos de arriendo que dispone, todos están vacíos, en tres de ellos hay las cosas de estudiantes que no han regresado; y por el momento no han pagado lo de estos últimos meses, los demás se llevaron sus cosas.
En la intersección del pasaje Chimborazo la calle Rafael Ferrer, donde está ubicado este edificio, no hay rastro de personas al mediodía, un perro resguarda una tienda que lleva cerrada varios días. Aguaizo relata que ha hecho un préstamo para pagar de los servicios básicos de todos estos meses del 2020.
Locales. Otro de los negocios que es rentable en el sector, son los restaurantes o puestos de comida. Isabel Aynaguano, propietaria de un restaurante, en el sector, dice que a lo mucho recibe en el horario de almuerzo unos 10 comensales. Este emprendedora inició a laborar en el mes de enero, con un arranque positivo, sin embargo, ahora los clientes son escasos, cuenta Aynaguano. Al comienzo ella pagaba 260 dólares, ahora acordaron con el dueño de la casa, en pagar solo 80 dólares porque la situación es crítica y los ingresos ínfimos. En la misma zona, Aida Quisiguiña espera a los clientes en la puerta de su negocio de útiles escolares y servicio de internet, para esta mujer lo que da vida al lugar es la universidad, los estudiantes. Ella dice que ha tenido fortuna porque la dueña del local, le ha pedido que pague los servicios básicos para sobrevivir a esta crítica situación.
Actividades
Ella prácticamente vive de los arriendos de los estudiantes. Ahora ha decidido hacer un préstamo para solventar varios gastos y deudas. En esta coyuntura, ha visto necesario hacer otras actividades, como la venta de productos a otras personas, críar pollos, hacer humitas. Aguaiza dice que tiene mucho miedo de salir a trabajar y estar en contacto con otras personas. En el edificio que tiene, solo hay una lavandería y una peluquería que atiende por el momento. Espera que los estudiantes regresen a clases.
Atención
Para Isabel, en este momento lo primordial es mantener todas las medidas de bioseguridad para atender a los clientes. Al igual que los otros comerciantes, espera que la situación mejore para salir de esta crisis. Por el momento tiene pensado seguir vendiendo los almuerzos y comida rápida que es lo que más se vende en el sector. En los 7 meses que viene trabajando en esta zona, al principio si podía pagar el arriendo, especialmente en los 3 primeros meses del 2020. Al iniciar la pandemia, todo se agudizó y ahora dice que hay veces que si alcanza y otras no, por otras necesidades.
Resistir
Seguir abriendo el negocio es la única alternativa para generar en algo ingresos económicos. Pontón manifiesta que tiene un crédito y debe cancelar puntualmente. Espera que se pueda reestructurar la deuda y tener los ingresos suficientes para solventar el crédito económico. Por el momento desea salir de la contingencia. Para crear estrategias es necesario contar con un capital que le permita proponer otras alternativas para atraer clientes. En este momento se ha enfocado en pagar lo adeudado.
Expectativa
A modo de estrategia, esperan que las actividades en la universidad se reanuden poco a poco y los estudiantes vuelvan. Quisaguiña dice que se va a reactivar en su negocio, creando una cafetería y heladería para vender estos productos a los estudiantes, profesores y los ciudadanos que circulan por el sector. Esta mujer considera que la mayoría de personas usan internet o tienen una impresora en sus hogares, por lo que este tipo de negocio podría tener otro giro y ser poco rentable. Espera que pronto se reactiven las actividades en todo los sectores para recuperarse de estas dos crisis.