En Ecuador, la provincia de Chimborazo tiene una posición geopolítica estratégica en el corazón de la sierra, nodo de conexión del centro del país.
Ubicada en el centro del callejón interandino constituye un nodo de comunicación entre la costa y la Amazonía. Chimborazo, privilegiado por su ubicación constituye un eje articulador por la combinación de factores geográficos, históricos y antropológicos, lo que le otorga a la provincia, una relevancia incuestionable en el ámbito nacional.
A pesar de la distancia geográfica que separa a Riobamba de Guayaquil, las dos ciudades han mantenido una estrecha relación a lo largo de la historia del Ecuador, en la época colonial, Riobamba se consolidó como un importante punto de paso para la ruta comercial de la costa con la sierra y el oriente. Nuestros productos agrícolas y ganaderos eran transportados hacia el puerto de Guayaquil, principal eje de comercio marítimo.
Esta cercanía histórica se ha visto reforzada por los constantes flujos migratorios y el intercambio cultural entre ambas regiones, tejiendo un lazo indisoluble.
La provincia de Chimborazo a lo largo de su historia se ha consolidado como un granero esencial para abastecer la creciente demanda de alimentos de las principales urbes del país.
Los mercados de ciudades como Quito, Guayaquil y Cuenca dependen en gran medida de los aportes de Chimborazo para la comercialización de verduras, hortalizas, tubérculos, carne, entre otros productos, lo que ha convertido a Chimborazo en un pilar fundamental para garantizar la seguridad alimentaria nacional.
Ahora, que las principales arterias viales que nos comunican con Guayaquil, Bolívar, Morona Santiago, Cañar y, por ende, Azuay, están interrumpidas por deslizamientos, derrumbes o eventos naturales, además de la falta de mantenimiento vial; la provincia experimenta una serie de impactos negativos que sacuden la economía y paralizan diversas actividades.
El flujo de mercancías se estanca, dejando a los agricultores y ganaderos sin poder transportar sus productos a los grandes mercados urbanos, lo que se traduce en cuantiosas pérdidas; poblaciones aisladas, el turismo ya afectado por la contracción económica y la inseguridad, ahora sufre otro impacto con las dificultades de movilización que sufrimos en la provincia.
Estos factores suponen un duro golpe para Chimborazo que depende en gran medida de las conexiones terrestres con el resto del país.
Sin desconocer la crisis económica que afronta el presupuesto nacional, es urgente y necesaria la gestión para solicitar del gobierno, la priorización de la inversión en la rehabilitación y mantenimiento de las vías que garanticen la conectividad para la provincia de Chimborazo.