De acuerdo a los datos de Freedom House, la mayoría de los países han retrocedido en los índices que valoran la libertad. Estos datos son especialmente críticos después de la pandemia. Los principales problemas se ven en las condiciones de los derechos políticos y las libertades civiles.
En el caso en América Latina, los países que más han retrocedido son Perú (-4), Ecuador (-3), Nicaragua (-3), Guatemala (-3), El Salvador (-3). En este último caso, el reporte mide las libertades de los encarcelados, sin tomar en cuenta que la seguridad ha provisto de estabilidad política. En el resto de los casos, la reducción de las libertades está relacionados con la criminalidad (Ecuador, Guatemala, Perú), o están relacionados con la persecución gubernamental (Nicaragua).
El reporte presenta a Nicaragua como el país que más ha retrocedido en el mundo en los últimos 10 años, en una categoría similar a Libia, Turquía o Burquina Faso. Por el otro lado, el país más libre en la región es Uruguay.
De forma muy clara, aquellos con un índice de libertades más alto son aquellos que lideran el ingreso per cápita, es decir, aquellos países que son más libres son aquellos que también son los más prósperos.
Aunque, es claro que la mayoría de los países en Occidente ha retrocedido, incluso aquellos que son considerados como los más desarrollados.
El adoctrinamiento basado en el odio a Occidente ya está presentado consecuencias, en algunos casos, las consecuencias son críticas como el aumento de la depresión, de los intentos de suicidio, o la disminución de la población (especilamente grave para los sistemas de seguridad social).