Entre más veces escucho sus melodías, las hermosas letras y a sus grandes maestros ejecutando magistralmente sus instrumentos más me enamoro de la música del Ecuador. Con seguridad, el mundo no ha tenido la oportunidad de escuchar la música de este hermoso país, pues, se convertiría en fiel seguidor de las melodías tan dulces y sentidas. Insisto, los encargados de la cultura no han deseado y no han creído que se puede exportar música de aquí. Segundo Jiménez Zambrano UN GRAN MÚSICO.
No es una costumbre de las personas que escuchan música, pero en mi caso siempre veo los créditos. Y precisamente en el deseo de conocer el mundo de los maestros de la música me encuentro con un grande del arte musical: el maestro Segundo Jiménez Zambrano que, muy gentil y amablemente, accedió a mis preguntas, esto gracias a la amistad que mantengo con su hijo Teddy Jiménez.
¿Nombre y apellido?
Segundo Jiménez Zambrano
¿Lugar de nacimiento?
Barrio San Sebastián de la ciudad de Latacunga, en la provincia de Cotopaxi.
¿Edad de inicio de sus estudios de música?
Desde los 4 años acompañé a mi padre, maestro de capilla, ayudándole en las misas de oficios religiosos, cantando y tocando el órgano desde los seis años. En la Escuela ‘La Salle’, de Latacunga, los Hermanos Cristianos posibilitaron mi participación en coros por mi facilidad de entonar los sonidos. Mi padre me trajo a Quito a los 11 años, me matriculó en el conservatorio y en el Colegio ‘Mejía’. Las pruebas para ser aceptado en el conservatorio me las hizo su director, Luis Humberto Salgado. A esa edad me inicié como maestro de capilla de la Iglesia de Santa Bárbara de Quito. A los dos meses de estar en el conservatorio fui becado al pasar las pruebas de los profesores Becerra, Espinosa, Lemus, Jijón y Salgado.
¿Su instrumento principal y secundario?
Estudié piano, acordeón y órgano.
¿Profesores y las bases más importantes que dejaron su huella?
Ángel Jiménez, entonación, transporte y canto; Víctor Carrera e Inés Jijón, piano; Fanny de Lemus, solfeo, Ricardo Becerra, teoría y tres niveles de solfeo; Inés Endara, solfeo y entonación; Belisario Peña, apreciación musical, dictado e interpretación ejecución de piano, quien me designó solista para interpretar el Himno a Santa Cecilia, compuesto por el señor Peña y estrenado en la presentación en el Palacio Presidencial; el padre Jaime Mola (franciscano) me indicó técnica del órgano; Estela Kosel (HCJB) me indicó técnica de acordeón; Gustavo Muller, Luiggi y Carlos Rotta, productores de grabaciones de alta calidad enviadas a Francia.
¿Títulos obtenidos en la música?
Condecoración como alumno destacado del conservatorio de manos del presidente Galo Plaza. Profesor de educación musical. Dirección coral por Jaime Mola y curso de la OEA dado por Jobita Sonana me permitió establecer coros con las monjitas Betlemitas de la Caridad, colegios ‘Vicente León’ de Latacunga, ‘Maldonado’ de Riobamba, ‘Spellman’, Militar ‘Eloy Alfaro’ y ‘Benalcázar’ en Quito.
¿Composiciones más importantes?
De lo recopilado hasta el momento, he intervenido en la grabación de 2.150 temas, a 500 de los cuales hice más de una versión y suman 1.350 grabaciones que forman parte de 3.500 interpretaciones que tienen mi intervención e implicaron alrededor de 14.500 arreglos para casi 500 artistas, entre cantantes y conjuntos, con acompañamientos dados indistintamente por casi un centenar de músicos. Las grabaciones se dieron para discos ‘Nacional’, ‘Recalde’, ‘Caife’, ‘Sonolux’ e ‘Ifesa’, entre otros.
¿Por qué la música ecuatoriana no ha pasado fronteras siendo tan hermosa?
Por la falta de presupuesto para grabar y difundir las composiciones ecuatorianas. Hace falta estudio y técnica para la formación de artistas que den mayor lustre a la música del Ecuador. La calidad artística depende del estudio y formación para alcanzar reconocimiento universal que requiere estudio y preparación. Actualmente no es una exigencia, pues, la mayoría de cantantes y músicos no busca la formalidad para perfeccionar su habilidad.
Si volviera a nacer, ¿se inclinaría por la música?
Definitivamente, pues la música es la mejor herencia y formación que puede tener un ser humano durante toda su vida.