Ayer, 5 de abril, en la Capilla San Vicente, se encuentra en exposición ‘Antonia, la bandera procesional’, una obra artística única en el orbe cristiano, catolicismo y cultura en bella obra de arte por sus configuraciones estéticas, culturales y tridimensionales. Esta pieza artística recoge la tradición y memoria histórica de un pueblo bordador y de la Semana Santa de Guamote, además que ha servido para la transmisión de la devoción popular hasta estos días.
A considerar. Wilfrido Haro, diácono jesuita, investigador y creador de la obra, en entrevista con Marcelo Dotti, refirió que la pieza contiene diferentes esculturas, tallas de madera y dioramas trabajados a mano que representan la Vida, Pasión y Muerte de Jesús, pero también tiene cenefas bordadas al estilo guamoteño, lo cual implica mucha saturación, brillo, movimiento, pedrería y volumen. Antonia Merizalde de Figueroa, su bisabuela, es la creadora de la pieza, que más que una bandera parece una alfombra “una especie de anda”, anotó. Es así que, según relata Merizalde, tomó ciertos elementos como configuraciones estéticas y piezas similares de Sevilla, de la Procesión de San Marcos en Quito, del Arrastre en Pujilí, en el contexto del Día de los Fieles Difuntos y de la Bandera de Columbe, parroquia del cantón Colta, para reconfigurar las piezas en base a un estilo guamoteño.
A saber. “Es una pieza recuperada de gran proporción que mide 13.5 metros que es cargada por 23 personas, ya que llegó a pesar 350 libras”, anotó Haro mientras los priostes que van al inicio tienen tahalíes, una especie de bandas cubiertas por pedrería, con un estilo barroco, y visten con sombreros napoleónicos.