Lo que hoy se conoce como la vía a Guano otrora era la hacienda ‘San Antonio’, propiedad del sacerdote Gabriel Moncayo Paredes. En mayo de 1964 se redactó e inscribió el testamento a favor la sobrina nieta Martha Lara Moncayo. El sacerdote falleció en junio de ese mismo año.
Situación. En el documento consta una cláusula de las varias, que hace referencia a la heredera, la que indica que para disponer de los bienes se requiere de la autorización de la madre o, a falta de ella, del obispo y el ejecutor testamentario, pero tanto la madre como el ejecutor ya fallecieron. ¿Comprando problemas?.
A saber. Esto quiere decir que los terrenos que fueron vendidos a lo largo del tiempo requerían de la autorización de los designados en el testamento, pero éstos no cuentan con dicha autorización. Al momento, las personas que compraron terrenos de lo que fue esta hacienda no conocen sobre la cláusula del testamento.
Antecedentes. Esto surge por un juicio que inició hace más de un año y medio. Como se dijo, esta cláusula era desconocida, por lo que el abogado que lleva la causa, Nelson Rea, dio a conocer al registrador de la Propiedad este particular.
Acciones. Al revisar si se tomó en cuenta el tema para la inscripción de las escrituras de los terrenos en años pasados, no había ningún registro, se supo.
Dificultad. Rea explicó que, en teoría, las escrituras de las personas que compraron los terrenos en este sector serían nulas, claro,de ejecutoriarse la sentencia a favor de las personas que impulsan el juicio.
Escenario. En la actualidad, los espacios libres que quedan se siguen lotizando y vendiendo, y Rea indicó: “no saben que están comprando un problema”.