El civismo son aquellas pautas mínimas de las formas en las que debería comportarse la sociedad, que permitan una convivencia armónica colectiva. Pero este concepto varía dependiendo de la relación de las personas con su localidad, Nación y Estado. Generalmente se basa en el respeto hacia el prójimo, el entorno natural y los objetos públicos, partiendo de la buena educación, urbanidad y cortesía. Dentro de un ambiente social es un aspecto fundamental, ya que ayuda a fortalecer los valores y cultura cívica, especialmente en las nuevas generaciones. ¿A qué se refiere el civismo Y LA IDENTIDAD?
¿En qué espacios se desarrolla el civismo?
Las virtudes cívicas, hoy en día, suelen desarrollarse al mismo tiempo que el espacio público, debido a la evidente transformación que día a día experimenta la sociedad contemporánea. Según los expertos, el espacio público es el ámbito en el que se organiza la experiencia social, por lo que es considerado una instancia de observación reflexiva, en la que los diferentes grupos sociales toman decisiones y ejecutan acciones que producen una realidad común, más allá de lo cotidiano, al presentarse como: consumidores, electores, creyentes, expertos, etc.; la forma de relacionarse y respetar los espacios para una convivencia adecuada, da como resultado una integración en términos de compatibilidad. Es así que el civismo varía dependiendo el lugar, ciudad o país, en los que la idea de acciones correctas o incorrectas ya está decretada por la moral, en relación con la vida social y política que como individuos ya logramos identificar.
¿Cuáles son los valores que forman parte del concepto civismo?
Las actitudes cívicas que se desarrollan dentro de un espacio social giran en torno a tres valores básicos: la responsabilidad, la tolerancia y la solidaridad. Esos valores son parte de las actitudes personales, son el complemento que requieren las instituciones políticas para que la ciudadanía viva de una forma coherente, es por ello que las autoridades también deben encargarse de dotar de recursos básicos y necesarios a una región, y uno muy importante e indispensable es la educación de calidad, puesto que, gracias al derecho a la educación, cualquier niño o niña tiene derecho a ser escolarizado en condiciones de igualdad con cualquier otro; para ello se tendría que evitar la formación sesgada, que impida que todos reciban una formación apropiada.
¿A qué ideas responde el civismo?
El concepto del civismo responde principalmente a una idea que se basa en la necesidad de que las personas se respeten unas a otras, reconociendo que es implícito saber valorar las cosas que son de todos, para que todos las puedan disfrutar cuando así las requieran. Esto, básicamente, es promulgar el mantenimiento de una ciudad limpia, sin ruidos, sin alborotos violentos, una ciudad que reprima las actitudes racistas y xenófobas, una ciudad amable en el más amplio sentido de la palabra, y además empática, consciente de la realidad de todas las personas, no solo de la que pasa al frente de sus ojos, y para ello es preciso que la gente que coexiste dentro de un espacio sepa adecuar su manera de ser a las condiciones de la vida en común; es decir, que asuman unos cuantos valores como fundamentales, y que los lleven a la práctica a diario, y permanentemente.
Entonces, ¿se debería continuar educando desde el civismo?
Potenciar las virtudes o actitudes que convertirán a la persona en un buen ciudadano es una situación que necesariamente debe continuar. Enseñar civismo es enseñar ética, y esto ocurre desde el ejemplo, debido a que no solo se puede trasmitir por medio de teorías o normas de conducta, sino siendo cívico, creando un entorno que favorezca las diversas actitudes cívicas, contribuyendo a que la convivencia cotidiana sea pacífica y agradable, siempre cultivando y estimando las formas de respeto hacia los demás.