El amor propio es el conjunto de emociones y predisposiciones cognitivas asociadas a la autoevaluación que un individuo hace de sí mismo, es decir que se trata del modo en el que realizamos valoraciones de nosotros mismos, incluyendo la carga emocional de las apreciaciones sobre el autoconcepto. Contar con amor propio es muy importante para gozar de bienestar psicológico, por ello es que se lo puede definir como la aceptación de los sentimientos que tenemos por nosotros mismos, hacia nuestro físico, personalidad, carácter, actitudes y comportamientos. En realidad, es el respeto, las percepciones, el valor, los pensamientos positivos y consideraciones que tenemos y depende de nuestra voluntad y no de las demás personas, situaciones o del entorno en el que nos desenvolvemos. ¡Es ideal cultivar el amor PROPIO!
¿Qué implica cultivar el amor propio?
Cultivar amor propio requiere de un arduo trabajo de aprendizaje constante, en el que me ubico como mi prioridad, pero no desde el egocentrismo, más bien desde aquello que considero que me hace bien y limitar esa situaciones que resultan incomodas y no del todos placenteras. Es importante trabajar en aquello que me gusta, porque cuando lo que decidiste hacer deja de gustarte, y lo haces desde el desgano, del fastidio, prácticamente obligado se convierte en un sacrificio que no aporta en nada en tu crecimiento personal, porque ya no eres asertivo, ni efectivo, como cuando dedicas tu tiempo a aquello que te emociona realizar, porque lo estás disfrutando, indistintamente de cuál sea el trabajo o la actividad.
¿De qué forma se puede demostrar el amor que uno se tiene?
Para ello debemos tener claro que somos un cuerpo físico, pero también integrados por una mente y una emoción; cuidar de tu mente y velar porque ese cuerpo físico esté bien, no es tarea de nadie más que de ti. Tú eres quien marca tu horario, quien toma las decisiones alrededor de las actividades que deseas ejecutar en beneficio de tu bienestar, como: salir, bailar, practicar algún deporte, tomar terapia y hacer todo aquello que disfrutas, porque eso implica que vas a generar serotonina, dopamina y un montón de hormonas que van a subir el nivel de felicidad. Por eso, es fundamental ocuparte de cuerpo, de tu mente, de tu ‘templo’, porque los años pasan y eso requiere mucho cuidado, saberte alimentar, conocer qué es lo que estás consumiendo, prestar atención en aquello que aprendes, escuchas o lees.
¿Afecta a tu amor propio el convivir con más personas?
Hay que partir de un principio básico: estar consciente que ‘tú le haces al otro lo que quieres que te hagan a ti’, si quieres recibir algo positivo, algo que te llene o que te haga feliz, por tu paz y salud mental, debes evitar aquellas situaciones en las que una persona se comporta de formas que tú no consideras apropiadas y que, emocionalmente, te afectan, por ello es fundamental saber que tomas o no del otro, tener claro que tú puedes escoger con qué personas relacionarte y, de esa forma, podrías asegurarte qué es lo que recibirás de tu entorno cercano. Amor propio es saber con quién estás, en dónde trabajas, qué le aceptas a tu pareja, porque en la vida hay un base, y es saber que todo parte de tus valores, porque si los tienes claros, indistintamente de con quién te encuentres, tú sabrás que puedes negociar o aceptar.
Por otro lado, ¿cómo podemos trabajar para mejorar la autoestima?
Primero debes evaluar cómo te sientes, cuáles son tus valores, con qué personas te relacionas y actuar en consecuencia. Es necesario ser honesto con uno mismo, para ello hay que saber identificar cómo somos, qué es lo que queremos y hacia dónde apuntamos de la manera más sincera posible, analizar y reconocer tus virtudes y tus capacidades, y también aquello que saca tu lado menos agraciado, abrazarlo y trabajar en todo aquello que quieres mejorar, no conformarte, pero sí aceptarte, sin compararte o idealizar, sino desde la realidad y lo posible.
¿Qué les recomienda a las personas que se encuentran en una relación, y tal vez la falta de amor propio está afectando el vínculo con la pareja?
Siempre ser sinceros, comprender que ambas personas son totalmente diferentes, que pueden tener cosas en común; comprender que la idea de estar con alguien radica en que serán un equipo que camine hacia la misma dirección, que sean compañeros, porque no eres la mamá de tu pareja, ni tu pareja es tu papá, eso hay que tenerlo bien claro. Por otra parte, es preciso reconocer qué es lo que siento, qué te genera bienestar o malestar, pensar qué vas a hacer para evitar autosabotearte o herir a la persona que elegiste como pareja.
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