“Toda intención es buena”, señaló nuestro anterior entrevistado, Jorge Silva, con respecto a la estrategia que quiere plantear el Gobierno para luchar contra la corrupción. Ahora, la docente Ximena Bonilla Torres, brinda otra perspectiva al respecto y manifiesta que este podría ser un paso para atenuar este mal, pero las estrategias, deberían ser otras. Existe ausencia en la práctica.
Como docente, ¿qué ha visto por parte de sus estudiantes?, ¿cuáles son sus preocupaciones?
Con respecto a la juventud, lo que yo más valoro de ellos, es su capacidad de aprendizaje que han tenido con las nuevas tecnologías. También, su inteligencia, pero deja mucho que desear la actitud, el comportamiento, mismo, como seres humanos que se ha ido perdiendo. Esto porque, la pandemia ha generado, cuadros ansiosos, depresivos. Y, también, la comodidad, si vamos a hablar de la educación, ha hecho que realmente, tengamos estudiantes poco disciplinados para aprender o para la entrega de deberes. Y, añadiéndolo, están poco deseosos de recibir los contenidos, realmente. El Ministerio de Educación ha hecho énfasis en tener una educación, más bien de contenido emocional, de tal forma que no sea un choque más para los estudiantes, pero no hemos contribuido con una formación cognitiva eficiente para entregar a la sociedad. Esto por parte del Ministerio y no se diga por los estudiantes. Entonces, se destaca mucho la inteligencia, la capacidad de adaptación a la tecnología, pero deja mucho que desear, en otros casos, especialmente, en lo humano.
¿Se ha perdido, entonces, su capacidad de sociabilización?
Sí. Bueno más que lo social, pienso que el respeto y la consideración. Hay una ausencia, por completo de la práctica de valores. Hemos llegado a un estado, a una zona de confort donde los estudiantes no quieren salir. En donde, los papás, no prestan el apoyo suficiente para que puedan ser mejores. Entonces, estamos hablando, realmente, de una mediocridad —diría yo—, de la sociedad, en general.
Al hablar sobre valores, ¿desde dónde tendría que salir esta educación?
Yo pienso que una sociedad moderna ha hecho que haya padres modernos e hijos modernos. Sin embargo, pienso que el relajamiento que tenemos como padres, sea por el trabajo, sea por la tecnología misma, o por cualquier cosa que tengamos, ha hecho que tengamos una vida “light”. Y esto envuelve a los papás, por ende estamos pasando, también, a nuestros hijos una vida de este estilo. Con respecto a la educación pienso que ha venido de más a menos, por esto de las nuevas normativas que se van dando. El hecho de ir dando más poder, si se quiere decir así, tanto a los papás, como a los estudiantes, respecto a los docentes, ha deshumanizado y generado una falta de consideración. Entonces, si los papás, están empoderados con este tipo de leyes que les ampara y, en esta zona de confort en la que están, pienso que, a partir de ahí, estamos teniendo grandes problemas y conflictos. No se puede decir que hay una ausencia de valores, no se puede decir. Pero, lo que sí, es que hay una ausencia de la práctica de los valores, comenzando desde los papás. Lógicamente, como profesora, como mujer de más de cincuenta años, podría decir que, debemos acogernos a esta nueva forma de la sociedad, pero, pienso que lo único que debe estar en juego son los valores.
¿Fue beneficiosa la educación en estas materias en el pasado?
Yo pienso que era más bien el modo que tenían nuestros padres en esa educación recia, casi vertical, en las prácticas vividas. Realmente, no se puede decir que nos enseñaban a golpes, pero, en cambio, sí tenía alta estima por parte de los padres que, de tal suerte, los hijos éramos fieles discípulos de nuestros padres. No había opción al reclamo, no había opción para contradecir, no con eso significa que era impositiva la educación, sino más bien, era a lo mejor como te digo, más lineal. Y, quizás nuestra educación fue por repetición de las prácticas, sin embargo, ha dado resultados, porque estamos viendo que esta sociedad, que está pasando el umbral de los 50 estamos alejados de los jóvenes y la brecha generacional se ha marcado aún más. Esto por la presencia de la tecnología y el desarrollo. Pienso que, de alguna forma, fue bueno el conocer, al menos, y sentirse parte de una familia, de una sociedad, del colegio, del Ecuador, del mundo, al tener esto de la cívica.
¿Con esta re-integración, se podrá luchar contra la corrupción?
Pienso que no. Lo que aquí se pretende debería ser un cambio de actitud, de pensamiento y comportamiento general.