¿Se podría hablar de ganadores y perdedores durante estas jornadas de movilización?, ¿de quién es la responsabilidad de tender puentes hacia mejores días después del episodio que aconteció? La abogada constitucionalista Lizbeth Puyol realizó su análisis sobre las jornadas que se vivieron en el país. Hablar de equidad, una nueva alternativa.
¿Cómo quedamos después del paro?
Creo que después de un paro de tantos días, definitivamente, nadie gana. Si bien es cierto, se está ejerciendo el derecho a la resistencia, pero, cuando sucede este tipo de situaciones, fungen como un detonante a una acumulación de problemas. Entonces, al hablar de una paralización no estamos hablando, precisamente, de un gobernante, sino estamos hablando de una serie de situaciones que se vienen dando a través del tiempo, las mismas que no se van solucionando con el cambio de gobierno.
Si bien es cierto, en 2008, cuando se genera la Constitución que hasta el momento está vigente, se intentó establecer una serie de derechos y garantías que permitiera una armonía social. Al convertirse esa constitución meramente lírica impide que sea aplicada de manera directa, y esto porque los instrumentos, tanto supraconstitucionales como intraconstitucionales deben ser meramente garantistas. Al ser así, el único responsable sería el Estado.
Entonces, dado este preámbulo y al enfocarnos netamente en el paro que se acaba dar, de 18 días, se tuvo pérdidas económicas integrales, funcionales, sociales enormes. Las pérdidas sociales tuvieron un impacto muy fuerte en la ciudadanía, se generó demasiada división, esto con respecto a la identificación de género, de etnia y a la identificación cultural.
¿Estos problemas están ocultos o normalizados?
Debemos entender que detrás de una lucha social siempre va a haber intereses políticos. Lamentablemente, no podemos hablar de una lucha social literal, porque defender o exigir el cumplimiento de un derecho sí conlleva a una serie de cuestiones históricas. Si bien es cierto que a través de la Historia todas las cosas que se han conseguido, el reconocimiento de todos los derechos, se han dado bajo una lucha. Por ejemplo, los derechos a los trabajadores, se consiguieron a través de una lucha, los de las mujeres, a grupos minoritarios como los LGBTIQ+, se consiguieron de esta forma.
El problema aquí, en este paro en particular, cuando el Movimiento Indígena es el que preside estas luchas, sí se da esa connotación de que los mestizos los marginan y les quitan derechos. De alguna manera, se ven mancillados. Se habla mucho que desde hace 500 años les quitaron sus tierras, pero debemos entender algo: hace quinientos años nos colonizaron a todos.
¿Esto se agrava por las circunstancias en las que nos desarrollamos?
Sí, porque aquí no están pidiendo un reconocimiento histórico, como indígenas. Todos ya lo hacemos, hasta la Constitución lo reconoce. Aquí lo que están es defendiendo intereses. A veces, incluso, sin un criterio direccionado a lo que realmente deberían enfocarse.
¿Se podría hablar de una clase de manipulación?
Más que una manipulación es una malversación del poder: cuando una persona está vacía, en el sentido de conocimiento, cultura, puedes introducir cualquier cosa en su cabeza y puedes armar cualquier tipo de idea o criterio. Cuando una persona ya tiene educación y realmente mantiene una ideología, esa persona sabe por qué está defendiendo las cosas. Esto va más allá de una manipulación. La malversación del poder, por ejemplo, si un grupo de indígenas hubiera querido hacer una paralización, los combustibles no eran el tema.
Entonces, ¿cómo se puede entender a la paz?
Hablar de paz, en un sentido figurado, vendría a ser como una tranquilidad. Pero, en el Ecuador, en sí, no se puede hablar de paz.
¿Por qué?
¿Cómo hablas de paz a un sector que no tiene educación? ¿Cómo si a un sector le falta salud? ¿Si alguien no tiene acceso a los servicios básicos? Y no me refiero exclusivamente al sector indígena. Ellos, aunque no lo quieran ver, sí son privilegiados por el Estado. Ellos tienen subsidios, por ejemplo, los servicios públicos en el campo son mucho más económicos que en la ciudad. Tienen servicios adicionales que en la ciudad. Otra situación también es el Seguro. Las personas de clase media o cualquier persona que aporte a la Seguridad Social aporta al Seguro Social Campesino. Entonces, al hablar de desigualdad, de equidad o paz no se debe concentrar en un solo sector, sino en la armonía social, en llegar a todos. Sino, no podemos hablar de equidad.