Palomas fuente de enfermedades: Puede que las palomas sean protagonistas de algunas estampas idílicas, casi bucólicas, en plazas y parques de nuestras ciudades. Disfrutar de su despreocupada presencia a nuestro alrededor e incluso alimentarlas se ha convertido -para muchos- en algo habitual. Pero, la realidad es que nos encontramos ante un tipo de ave asociada a la transmisión de varias enfermedades y constituye un riesgo relativo para la salud de quienes han pasado hasta ahora por alto su excesivo número.
Y es que no son pocas las localidades de la geografía ecuatoriana que deben hacer frente a un verdadero problema de sobrepoblación de palomas blancas, torcaces y tórtolas que, más allá de los problemas de limpieza o molestias que puedan causar sus excrementos y plumas, pueden provocar problemas de salud.
Por ello, no es de extrañar que ya se haya tomado conciencia de la coyuntura y se trate, por
diversos medios, de controlar su número: desde el uso de piensos esterilizadores hasta su captura, y el empleo de aves rapaces como elemento disuasorio.
Enfermedades. Las enfermedades infecciosas que las palomas pueden transmitir a los humanos son consecuencia del contacto directo con esta ave o con sus excrementos y plumas, a través de virus, hongos y bacterias que causan alergias y dolencias respiratorias. Éstas son algunas de las patologías más comunes que acompañan a las palomas:
« Criptococosis. El crytococcus neoformans es un hongo que se localiza en el excremento de las palomas, aunque el reservorio (donde se aloja) es el suelo. La transmisión se produce por inhalación de levaduras parecidas a los hongos, aunque puede ocurrir ocasionalmente por ingestión y suele ser resultado de un contacto directo con los nidos.
Al respirar el hongo entra por la vía respiratoria y llega a los pulmones, donde puede generar la infección.