Papas con librillo, un plato requerido y difícil de conseguir
Con papas y salsa de maní, el librillo resulta la perfecta combinación para los que han probado tal manjar ‘fuera de serie’. Sin embargo, hay la confusión entre la guatita y el librillo, dado que ambos son los estómagos de la res, y que en el país ambos se comen de forma similar. Quienes preparan estos alimentos indican que es difícil encontrar el librillo ahora. Pero este plato es apetecido por muchos por la particularidad en la textura y el sabor que tiene al probarlo.
La zamora y la suerte de encontrarse con este producto imposible
El calostro es la primera leche de la vaca recién parida con la que se prepara la bebida tradicional conocida como zamora. La misma que es vendida en diferentes lugares; pero, a decir verdad, es complicada de encontrar, aunque se puede elaborar en casa. Es de suerte hallar este primer líquido por las personas que venden leche, ya que el calostro es extraído de las vacas primerizas. Para conseguir el dulce sabor de la bebida ancestral en casa se puede preparar con especias dulces.
Tortillas de papa con caucara
Otro plato sin igual
Sea frita o en estofado, la caucara con las tortillas de papa y un poquito de lechuga, salsa de maní y un curtidito de cebolla y tomate, con un poquito de ají, es el culmen de una “combinación bomba” de sabores exquisitos propios de la Serranía. El mismo que deleita a todos. La protagonista de este plato no son las papas, sino la carne dura. Esa proteína que nace del pecho de la res y que tiene un manejo especial para lograr una consistencia agradable para la hora de comer.
La tripa mishqui que se asa al son del crujir del carbón ardiente
En las tardes se puede ver como los coches que transportan el brasero con su característico humo que mantiene caliente al mote cocinado y a las tripas de res que se asan. Estos son el innegable mensaje de que la venta comienza para que los clientes hagan fila para comprar este gomoso e insaciable platillo. Según los abuelos, es un “gran remedio para quienes tienen problemas en el estómago, ayuda a que se haga duro”. Las tripas son servidas con mote y la salsa de ají.
El caldo de mondongo, la calavera del borrego en una deliciosa sopa
Sea que se coma en el centro comercial “La Condamine” o en otras huecas de la ciudad este caldo “templa los nervios o en el mejor de los casos al tomarlo le coge el alimento”. Según las personas que lo consumen “es bueno tomar el caldo después de que uno se haya enfermado”, comentó María Y., quien lo come cada semana. “Me gusta la oreja o la lengua, ambas tienen bastante carne para comer”. Este caldo de composición simple y gran sabor se lo vende hace más de 40 años.
Caldo de nervio para que las defensas del cuerpo aumenten
Con el nervio del toro y los testículos, es decir, su aparato reproductor, son cocidos por casi 5 horas hasta que esté blando para que sea picado y servido en una sopa con garbanzo, mote, huevo duro, zanahoria picada, aguacate y limón. El plato guarda un gran sabor, y al olerlo pasa como un rico caldo. La combinación de los ingredientes dotan de un gran sabor a la hora de comerlo. Paúl C., comensal de una de las huecas, dijo que cada vez que lo come “siempre suda”.
¿Caldo de gallina con pan y mote?… una plato posible
En Yaruquíes, en las fiestas se come una combinación difícil de creer, pero que al probarla tiene un gran sabor. Estamos hablando del caldo de gallina criolla, que es acompañado con una porción de mote y un pan de trigo. Se hace en las casas en horno de leña para que no pierda el sazón que el eucalipto deja al comerlo, Paco Londo, oriundo de esta parroquia, sin más explicaciones del porqué de esta combinación, dijo: “comemos así porque es rico”, y tiene mucha razón: es una mezcla exquisita.
El siempre buen locro de cuy, un aliado en la recuperación del Covid
Apetecido por muchos en la versión asada, es decir, las papas con cuy asado, este roedor es el ingrediente clave para este ‘caldito’ que, según la experiencia de quienes se han recuperado del Covid-19, es un alivio para las molestias que pueden quedar. Con un armonioso color amarillo, junto con unas papas locreras y un picadillo de cebolla blanca y culantro, el sabor de esta sopa es una verdadera experiencia y, como es de esperarse, el sabor no delata a la proteína de la sopa.