La anterior semana en la “Sultana de los Andes” se registró un aproximado de 46 alertas a la Policía Nacional para el retiro de libadores y 3.100 alertas en el año.
En el sector de La Condamine, Violeta Ramírez, moradora del sector, explica que todos los días “religiosamente” a partir de las 14:00 horas, en los exteriores del mercado, se reúnen los libadores para beber licor. “Ya no hay quién los saque, vienen los policías y se van por una o dos horas, pero luego regresan, vienen a las 14:00 horas, porque saben que los policías están almorzando”.
Problemática. No se podría hablar de un incremento o no de libadores y personas que consumen sustancias estupefacientes, lo que sí es real es el problema que pueden ocasionar estas personas a nivel social y en la operatividad de la Policía, porque el tiempo que se toman para desalojar a los “chumaditos” podría ser usado para emergencias de mayor importancia.
Eduardo Ricaurte, jefe de Operaciones de la Subzona de Policía y jefe subrogante del Comando Nº 6 “Chimborazo”, indica que en lo que va del año han recibido 3.100 llamadas para retirar a las personas alcohólicas de los espacios públicos.
La presencia de servidores policiales en sectores como la plaza Alfaro, el parque Guayaquil, La Condamine, Villa María, San Francisco, es frecuente en esta coyuntura para que los libadores no cometan actos ilícitos como riñas, entre ellos, evitar muertes violentas o tentativas de asesinato.
El fin de semana, en el sector de la “zona rosa”, la presencia de vehículos estacionados y grupos de personas que adquieren sustancias alcohólicas es más visible desde que inició el semáforo amarillo.
Ricaurte explica que no se puede controlar o estar detrás de los ciudadanos; una vez que se retiran del lugar regresan nuevamente a seguir consumiendo alcohol.
Así, el sábado se clausuraron dos establecimientos: uno por no acatar las disposiciones en esta emergencia sanitaria y porque dentro del local se encontraban personas ingiriendo alcohol y otras ya en estado etílico.
Otro de los locales que se clausuró fue una licorera, que quiso evadir los controles establecidos.