El taller Don Rubén, con 25 años de tradición familiar, lidera en Riobamba por su innovación en enderezado y pintura automotriz garantizada.
En el mundo de la reparación automotriz, donde los talleres mecánicos compiten por la atención de los conductores, destaca uno que ha logrado ganarse la confianza y preferencia de los riobambeños a lo largo de 25 años: el taller «Don Rubén».
Fundado y dirigido por Rubén, un hombre cuya pasión por el enderezado y la pintura automotriz ha convertido su nombre en sinónimo de calidad ubicado en la Av. Pedro Vicente Maldonado y Juan de Sosaya, al frente de la Importadora Nagasaki.
Con un cuarto de siglo atendiendo al público, Rubén relata con humildad el origen del nombre de su taller. «El taller lleva mi nombre porque así me conoce la gente. Siempre me han dicho ‘Don Rubén’». Pero detrás de ese apodo tan familiar hay una historia de trabajo duro.
Los servicios que ofrece el taller son completos y abarcan desde el enderezado de compactos hasta el centrado de radiadores.
«Nos encargamos de todo lo que implica enderezado y pintura, ya sea un pequeño auto o un vehículo más grande», afirmó Rubén, explicando que no hay trabajo demasiado grande ni pequeño para él y su equipo.
Pero lo que realmente distingue a este taller no es solo la amplia gama de servicios, sino la precisión y dedicación con la que se llevan a cabo. Cada vehículo que pasa por las manos de Rubén y sus hermanos, reciben una atención personalizada y meticulosa.
El taller «Don Rubén» no es solo un negocio, es un legado familiar. La pasión por la reparación automotriz comenzó con el hermano mayor de Rubén, quien incursionó primero en el oficio.
«Él fue el pionero en la familia. Luego, los cinco hermanos nos fuimos sumando a este camino», comentó Rubén, orgulloso de mantener viva una tradición que ha unido a la familia y la ha convertido en una de las más reconocidas en este campo.
La experiencia acumulada en todos estos años se refleja en la calidad del trabajo que realizan, pero también en el trato cercano que ofrecen a sus clientes.
«Siempre garantizamos el servicio, porque sabemos que la gente confía en nosotros. Quienes vienen una vez, vuelven», aseguró Rubén, destacando la importancia de mantener altos estándares en cada reparación.
Variedad de precios y servicios en el Taller «Don Rubén»
Además de la experiencia y la tradición, el taller «Don Rubén» se caracteriza por la transparencia en sus precios, que varían según la gravedad del daño del vehículo.
Por ejemplo, un choque leve puede costar entre $500 y $600, pero si el daño es más severo, el precio puede llegar hasta los $1.500. Si el cliente solo necesita un trabajo de pintura, los precios rondan los $400 a $500, y para los taxis, el pintado se realiza en tan solo dos días por un costo de $350.
Los precios dependen del daño, pero siempre tratamos de mantenernos accesibles para todos. Además, el taller también ofrece servicios de pulido de faros y vehículos, para quienes buscan un acabado impecable.
A pesar de la creciente competencia en la zona, Rubén ha logrado mantener su taller como uno de los preferidos en Riobamba.
«Aquí en la avenida hay muchos talleres, pero la gente nos elige a nosotros porque trabajamos con las mejores marcas de pinturas y materiales de última generación», señaló.
Rubén invita a todos los riobambeños, tanto a los que ya conocen su taller como a aquellos que buscan un servicio de confianza, a visitar «Don Rubén».
«Aquí siempre encontrarán un servicio garantizado y los mejores precios. Nos aseguramos de que cada vehículo salga del taller como nuevo», afirmó.
Con una trayectoria de 25 años, el taller «Don Rubén» no solo se ha ganado un lugar destacado en el mundo automotriz de Riobamba, sino también en los corazones de quienes lo han apoyado desde sus inicios.
Su combinación de tradición familiar, calidad inigualable y precios accesibles ha hecho de este taller un referente en la ciudad, y con el firme liderazgo de Rubén, promete seguir brillando por muchos años más.
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