Han transcurrido más de diez años desde que en Riobamba se registró el primer sicariato, la víctima fue Esther Morocho, quien en ese entonces tenía 66 años de edad. Hoy su hija, Miryam Silva Morocho, recuerda detalle a detalle cómo ha tenido que enfrentarse a todo un sistema para buscar la tan ansiada justicia que aún no consigue totalmente en memoria de su progenitora. 10 años del primer sicariato.
Detalles. Una coraza de fortaleza es la que recubre las emociones de Silva, quien desde que su madre fue cruelmente asesinada ha perseguido cada detalle de los sucesos para dar con los autores materiales e intelectuales. Asegura que la Fiscalía del Estado involucró solamente a una parte de las personas que habrían participado en este hecho criminal.
Ahora, dos de los implicados en el asesinato de su madre fueron encontrados en la provincia de Napo, donde permanecían prófugos de la justicia, uno de ellos posee sentencia de 16 años de reclusión y la otra aún no ha sido condenada, según confiesa Miryam Silva.
La mujer relata que los hechos ocurrieron el 28 de enero del año 2012, cuando su madre se encontraba en el balde de una camioneta en el exterior de su inmueble, ese día, pasado el mediodía, parte de su vida se fue con el último aliento de su progenitora. Silva recuerda que su madre era bondadosa y que después de su muerte su nombre fue manchado por personas de mal proceder, que tenían algún oscuro interés.
Ahora que Fernando G. y María G. fueron detenidos, ella espera que la justicia brille y que estás personas paguen con cárcel el atroz crimen que no solo marcó a una familia sino que dejó un mal precedente en la provincia de Chimborazo al ser el primer caso de sicariato nunca antes visto hasta entonces. Agrega que hay más involucrados y que seguirá luchando por la justicia.