La Prensa | Editorial | LUNES 28/1/2019

Lo que hace falta a Riobamba y Chimborazo es que su gente se apropie y promocione todo lo bueno que existe y, al mismo tiempo, deseche lo que no le sirve o lo que está generando un obstáculo para fomentar el desarrollo de cada uno de los sectores. Si existe un quemeimportismo, si las autoridades dejan pasar todo, es decir, si no hay un riguroso control, nada se podrá lograr. Si no hay una buena sanción para quienes arrojan la basura en la calle, la gente seguirá botando los desechos. Recordemos que las personas reaccionan solamente por dos cosas, por ganarse un premio o por temor al castigo. Un contribuyente paga sus impuestos en los primeros meses del año para beneficiarse de la reducción y al final cancela para no ser sancionado. Un estudiante se prepara para ganar los puntos necesarios para convertirse en el mejor estudiante del plantel y ser abanderado o para no perder el año. De manera que es necesario apropiarnos de lo nuestro para alcanzar el premio de ser los mejores, antes que tener que estar controlando a la gente para que cometa fechorías. Hay que reconocer que es mejor preparar al niño antes de castigar al adulto. Siempre nos despertamos con el deseo de ser buenos ciudadanos, pero, todo se derrumba el momento que se sale a la calle y vemos que nadie controla a los que pintarrajean las paredes de las casas particulares, así como de los inmuebles patrimoniales; asimismo, nos decepciona porque no tenemos un centro turístico de gran atracción y, como consecuencia, los fines de semana la gente se va de Riobamba, a dejar los recursos en otro lado. No existen facilidades para los inversionistas y, ante eso, perdemos la opción de generar empleo.